Por Alejandro Gallardo
Las autoridades de los tres niveles de gobierno siguen jugando al escondite con los problemas que realmente aquejan a los sinaloenses. Si insisten en sacar de la agenda pública la inseguridad, que sigue más presente que nunca en el desánimo generalizado, mucho menos van a reconocer el monstruo que acecha a miles de familias: la sequía. Y claro, si bien afecta al sector agrícola y ganadero, la verdadera emergencia es que hay personas que no tienen agua para beber.
Pero, ¿a quién le importa eso cuando se puede hacer un buen show político?.
Negar lo evidente parece ser el deporte nacional. Maquillar cifras y acusar de campañas de desprestigio a los malvados de la “derecha” ha pasado de ser una táctica recurrente a una casi caricaturesca defensa.
Los gobiernos morenistas, bien acomodados en su zona de confort, no tienen empacho en evadir responsabilidades mientras siguen adelante con su narrativa envenenada.
Durante su última conferencia “Semanera”, el gobernador Rubén Rocha, tuvo que admitir que la Conagua le dio un sonoro “no” a su solicitud de declarar emergencia por la sequía en Sinaloa. “Ya hay una primera consideración de Conagua, donde nos dice no”, señaló el gobernador, a pesar de que lo que realmente falta es una justificación técnica, que seguramente será tan tibia como el primer rechazo.
El gobierno federal, por su parte, parece no haberse enterado de que las presas de Sinaloa apenas cuentan con un 6% de capacidad. Claro, eso no es suficiente para la producción agrícola, ganadera ni, mucho menos, para garantizar el agua para consumo humano. Pero no importa, ¿verdad? Después de todo, aún tenemos la herencia maravillosa de la desaparición del Fonden, el cual solía ser un salvavidas en tiempos de desastres naturales, hasta que el gobierno anterior, el de AMLO, decidió liquidarlo. Una jugada maestra si lo que se busca es no tener dinero para emergencias, pero sí mucha palabrería.
Y bueno, el gobernador Rocha ha decidido “litigar” el asunto con el gobierno federal, como si eso fuera la solución mágica. Claro, si las gestiones que hizo en su momento contra personajes como Estrada Ferreiro, El Químico Benítez, o Vargas Landeros, resultaron tan exitosas —porque, recordemos, ninguno ha pisado la cárcel—, lo más probable es que este litigio tenga el mismo efecto: cero.
Pero sigamos soñando, total, la sequía nos va a esperar.
Es importante recordar que la solicitud de emergencia fue enviada por Rocha a regañadientes y bajo la presión de los sectores productivos. Inicialmente, el gobernador se mantenía firme en su postura de que no era necesario declarar una emergencia. Probablemente, pensaba que la respuesta sería negativa desde el principio, pero eso no evitó el circo mediático que hoy estamos presenciando.
PÁGINAS EN BREVE.
A más de 8 meses de iniciada una auténtica guerra entre grupos del narcotráfico, la paz está aún muy lejos de regresar a Sinaloa.
Los conflictos que inicialmente impactaron el centro del estado, luego se extendieron a la zona sur.
Este lunes, avanzaron a municipios como Salvador Alvarado y Mocorito, donde la gente estaba presa del pánico por las balaceras escenificadas por grupos armados que impunemente recorría avenidas y calles de sus colonias, sembrando terror, desafiando al Estado.
En la zona rural de Mazatlán, se vivió algo similar el pasado domingo. Enfrentamientos, bloqueos de caminos y carreteras.
Y mientras eso ocurría, para entender cuáles son las prioridades de nuestras autoridades, basta recordar que la alcaldesa Estrella Palacios andaba baile y baile en el show de Tatiana.
Y hasta aquí la entrega de hoy, que no se si calificarla como un informe de lo que pasa o como una pequeña tragicomedia de la actualidad sinaloense. ¡Hasta la próxima! .