¿Hasta cuándo hablarán de la coyuntura?
Oliver Velasco*
La fórmula que está utilizando el gobierno federal continúa a cuatro años de administración y quién sabe si durara los seis años. Hasta el momento, se ha demostrado que esta es una formula exitosa ya que ha permeado en los medios, en la población y en los mismos actores políticos. La premisa es muy simple: no hablar de la administración pública actual. Para poder lograrlo hay que tomar el control de la agenda pública, algo que el señor presidente ha hecho muy bien desde hace mucho tiempo.
La mañanera más allá de ser un ejercicio informativo, como califica el gobierno. Un ejercicio de adoctrinamiento y desinformación, según la oposición. Es un ejercicio de control de agenda. Esto ya ha sido notado desde hace mucho tiempo por varios analistas, sin embargo estos mismos y los medios que representan, considerados oposición por el ejecutivo y sus simpatizantes, no han logrado tomar el control de la agenda pública, salvo en contadas ocasiones, donde uno u otro escándalo en la administración han logrado romper momentáneamente el control de AMLO sobre la agenda, por ejemplo: los escándalos de la casa gris, lograron arrebatarle la nota al presidente por un par de semanas, más recientemente, el plagio de la tesis de la ministra Esquivel también le arrebato el control.
Sin embargo, esa no es una estrategia que funcione, ya que deja de lado la continuidad y simplemente no termina por desgastar el constante bombardeo propagandístico que a diario se da desde palacio nacional. Lo preocupante para la ciudadanía es que esta se encuentra cada vez menos informada de los acontecimientos coyunturales de su país. Y es que la premisa que arriba mencionamos se sigue de la manipulación del discurso, no hacia otros ámbitos fuera de lo político, sino hacia ámbitos anacrónicos en la misma política. Por ejemplo: La apertura de la sección sobre el juicio de García Luna, que si bien tiene relevancia política, carece de algún peso en la vida pública de la nación, a menos que implique a actores políticos importantes, situación que probablemente no ocurra, y aunque ocurriera sería una pérdida de tiempo especular al respecto, más allá de unas líneas, que ya escribimos.
Aun así, este espacio dedicado a dicho juicio ocupara la atención de la conferencia mañanera y de los medios informativos por lo menos durante un par de meses, dejando de lado temas de verdadera relevancia y en los que se debe actuar de inmediato, como lo son la actual coyuntura económica del país, que siendo honestos en estos momentos afecta a las familias más pobres, y que según el discurso son los que más deberían importar. La tasa de inflación en México la semana pasada se dio a conocer para la primera quincena de enero y mostro un repunte respecto a diciembre colocándose en un 7.95%, lo cual significa que los precios no bajaron, mientras que en países como Estados Unidos, si lo hicieron.
El PACIC (paquete contra la inflación y la carestía) que presento el gobierno en mayo y que ratifico en septiembre ha dejado de tener efecto real sobre los precios al consumidor, si es que alguna vez los tuvo. El subsidio al combustible que ayudo a la inflación a no alcanzar cifras de dos dígitos, actualmente no representa el precio real del combustible a los consumidores, siendo el precio de la gasolina en el extranjero más barato que en el país. Finalmente, la inflación subyacente, que se encuentra compuesta por alimentos y combustibles no muestra ningún signo de debilitamiento en el país, respecto a la inflación en otros países, lo cual significa, que el actual proceso inflacionario no es externo, como nos lo habían estado manejando, sino interno, producto de la falta de crecimiento económico, de inversión y de consumo interno.
Esto requiere nuevas medidas desde la hacienda pública federal, que deberían darse a conocer, nuevos pactos con las empresas, reducción del gasto en materia de gasto corriente y aumento en la inversión, pero no en los proyectos que no dan resultado alguno, sino en proyectos de infraestructura, agilización de trámites y asociación con empresas privadas, que atraigan más inversión extranjera, aprovechando precisamente la coyuntura en la que se encuentra el mundo. Inversiones que por cierto Brasil se ésta llevando.
Pero en la mañanera no se habla de esto, en los medios no se habla de esto y se habla del futuro, pero no económico, sino de la sucesión presidencial. Se habla del pasado, y ni siquiera del pasado reciente, porque a Peña Nieto ni siquiera se le menciona, sino de un pasado de hace 12 años. ¿Y hasta cuándo se va a hablar del presente? No sólo en palacio nacional, sino en los medios.
*Profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la Facultad de Ciencias Sociales en las licenciaturas de economía y sociología. Licenciado en filosofía maestro en estudios filosóficos por la Universidad de Guadalajara, maestro en gestión pública aplicada por el Tecnológico de Monterrey campus Guadalajara. Actualmente doctorante en la Universidad Autónoma de Nayarit/ Integrante de Unidad Democrática Sinaloa.
Contacto a: olivervelasco@hotmail.com
Twitter: @Oliveriu2