Hace 20 años, el 23 y 24 de mayo, el viejo Mazatlán renovó su calidad de “centro de la ciudad”, con la celebración del primer Día de la Música en el puerto. Gracias a la iniciativa de la Asociación Civil Proyecto Centro Histórico cientos de mazatlecos recuperaron las antiguas calles y callejones para disfrutar de un par de tardes. Distintos grupos musicales amenizaron a los asistentes, locales y foráneos, desde las cinco de la tarde hasta las doce de noche.
Casi quince años habían transcurrido en el esfuerzo por rehabilitar las ruinas citadinas. La inversión pública y privada impulsada inicialmente por los gobiernos del Estado y del Municipio, con Francisco Labastida y José Ángel Pescador al frente, respectivamente, había dado sus frutos para entonces. Empezaba la recuperación de los espacios habitacionales y los recreativos en la zona. Las viejas casonas y las pequeñas otrora cuarterías ya se vendían en dólares. La reparación de las calles y el adoquinamiento de las banquetas detonó el nuevo desarrollo de esa zona. La habilitación de los emblemáticos edificios del Teatro Ángela Peralta, del Hotel Iturbide (convertido en Centro Municipal de las Artes) y de los Museos Arqueológico y de Arte lo apuntalaron. Restaurantes, bares, galerías y otros tipos de negocios hicieron suyo el proyecto. Desde otra perspectiva, el Festival Sinaloa, primero, y el Mazatlán de la Cultura contribuyeron al perfilamiento de la Plazuela Machado como corazón cultural recreativo del puerto.
Por otra parte, la vida cotidiana mazatleca estaba amarrada a los ciclos económicos marcados por las temporalidades de sus actividades económicas más sólidas entonces: el turismo y la pesca. En ese orden ya era significativo el impacto del llamado “piojillo” que se instalaba en el ambiente después de la semana santa y hasta el periodo de vacaciones de verano, en la rama turística y, en la pesca, hasta septiembre con el término de la veda camaronera. En el renovado viejo Mazatlán ese aletargamiento se resentía con mayor fuerza por la merma en la afluencia de visitantes y comensales que les pegada a los negocios apenas en proceso de recuperación de lo invertido en instalarlos.
En ese entorno nació el Día de la Música en 2003, como esfuerzo por atraer público consumidor y para reforzar el autorreconocimiento de los mazatlecos por el valor del pasado representado en los inmuebles que ostentaban ya la categoría de bienes patrimoniales de la Nación.
A nivel local había antecedentes de eventos conocidos como las Zaragozanas o la Feria de Olas Altas, que tenían lugar entre mayo y junio, con gran éxito de asistencia durante el siglo XIX. En otros ámbitos, ya existían la Fiesta de la Música en París y el festival tapatío de la Música que se celebran en junio. Así que con esos modelos se formuló el sentido y el formato para instaurar aquí nuestro Día de la Música.
En la oficina del Proyecto Centro Histórico, en el Edificio del Círculo Benito Juárez, Marisa Gastélum quien se desempeñaba en la Gerencia de la Asociación, comentó sus vivencias en el día parisino de la Música. Los directivos, Alfredo Gómez Rubio y Kiko Domínguez, consideraron viable realizar algo similar en Mazatlán. Héctor Mendieta, quién colaboraba con ellos en los aspectos promocionales, sugirió aplicar una logística parecida a la que se monta sobre la Av. Chapultepec en Guadalajara con motivo de la Fiesta de la Música. Se armó la idea y se consiguieron apoyos de 22 negocios, asociaciones e instituciones para realizarlo.
En esa primera ocasión se instalaron cinco escenarios distribuidos en el área que apenas dos años atrás había sido designada zona de monumentos por decreto presidencial. El elenco se integró con una participación mayoritaria de artistas locales, solistas y en agrupaciones musicales, con la intervención de algunos intérpretes extranjeros residentes. El viernes 23 de mayo, como preámbulo dentro del programa, diecinueve negocios del área ofrecieron espectáculos en sus locales. El sábado, se distribuyeron por géneros musicales. En un escenario hubo música clásica y jazz; en otro, música del recuerdo. También hubo un espacio bohemio, otro de música regional; y, finalmente uno de Rock y de otras alternativas electrónicas.
La Orquesta Juvenil, la de Cuerdas, la de Jazz del Centro Municipal de Artes y el pianista Adrián Franchi se presentaron en la Plazuela Machado. En la esquina de Constitución y Niños Héroes estuvieron la cantante Gayle Lee y el pianista Herman Billings, un trío y el dueto formado por Alejandro Ocampo y Guillermo Osuna Hi. En el otrora Callejón Malpica se instaló el escenario para los trovadores, donde participaron Ariel Soto, Tony Ferrer, Oscar Fernel Efraín Inclán y Raúl Mario. Sobre el Paseo de Olas Altas, en la confluencia de la Calle Constitución, hicieron las delicias del público amante de la música de tambora las bandas La Chilera, Los Chilolos, La del CMA, la de los Escamillas y el grupo norteño Los Rayitos del Norte. Frente al Museo de Arte se colocó el escenario para la música de rock y ritmos alternativos, donde brindaron sus actuaciones Los Camaleones, Eléctrico Revolver, Ska Firme y Borbotones, Atómico Fonk/Vías Alternas y Cosmonova (antes La Gusana Ciega).
Aquel evento inicial de esta tradición que cumple veinte años este 2023 llevó como eslogan el siguiente: “En el Día de la Música los callejones y plazas del Viejo Mazatlán serán el espacio para el mágico encuentro de nuestros músicos, poetas y cantores con los ecos y voces impregnados en sus muros, y con los fantasmas que cuentan sus historias en cada esquina”.
Además de la Asociación Proyecto Centro Histórico, desde aquella primera edición y para su evolución como tradicional local, dos instituciones fueron apoyo clave: La Dirección Municipal de Difusión Cultural y la Comisión para el Desarrollo Turístico (CODETUR). Dos años más tarde, ambas instancias se fusionaron para dar paso a la creación del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán, desde donde se ha brindado respaldo para la organización, financiamiento y registro nacional como Festival para el Día de la Música.