Por J. Humberto Cossío R.
LUCE MUY VIEJA Y ACABADA DOÑA BEATRIZ PAREDES
Tiene 70 años y luce como de noventa.
Su cuerpo se mueve lastimosamente y piernas sin fuerzas que necesitan el sostén de un bastón y la comodidad de una butaca.
Su fachada no motiva ni a su familia.
Sería una pésima candidata y condenada al estruendoso fracaso.
Los que la apoyan buscan sus propios espacios a costillas de la votación que logre la señora.
Saben que perderá irremediablemente, pero que ayudará a llegar a Senadores y Diputados federales y por eso arrean su candidatura.
Beatriz luce como anciana y su maquillaje hace resaltar más su decrepitud.
Alito es aliado de Andrés Manuel y busca congraciarse con el presidente de México, mandando al despeñadero a una mujer que debería estar en reposo permanente atendiendo a sus descendientes, si es que los tiene.
Con mucho orgullo la hubiera seguido hace veinte años.
No soy ciego y observo la jugada del Presidente del PRI y sus aliados cenecistas que juegan con una muñeca sacada del baúl de los recuerdos.
En el Senado luce bien su cerebro.
Las jornadas de una campaña por la presidencia de México son agotadoras y puede que su cuerpo quede sin vida en el camino.
Su aspecto es deprimente.
Es una dama con los días útiles muy contados y sin expectativa real de triunfo frente a las corcholatas del tabasqueño.
Los beneficiados serían los que la azuzan y le dicen al oído que será la ganadora de la contienda presidencial.
El grupo de cenecistas de cada Estado, luchará por obtener posiciones y que mejor que mandando a la guerra a una persona que inspira compasión.
Su físico es desastroso y parece secuestrada de un asilo.
Los abusivos que la motivan tienen sus oscuros intereses y saben perfectamente que es una candidata que no levanta un papalote.
Ellos serán los ganadores con Diputaciones y Senadurías pluris.
Ella tendrá esa facultad de escoger a sus allegados para que ingresen a las Cámaras y cobren sus apetitosos sueldos y otras canogías a que tienen derecho.
Doña Beatriz es una representante del pasado que fue muy brillante y que ahora pretende inquietarla.
No le pediré que recapacite.
Tiene muchos vividores a su lado, que se solazan con su candidatura y esperan posiciones que por derecho le corresponden a una candidata a la presidencia de la República.
Es lo que observo en esta contienda del frente opositor.
Los bribones escogieron a una tatarabuela minusválida y la avientan de hocico a la contienda para sacar provecho de la infame aventura.
Se le atraviesan a Xóchitl Gálvez para sacarle raja a los procesos electorales y se frotan las manos en espera de la victoria.
Si logran su objetivo, muchos millones de mexicanos perderemos la esperanza y nos quedaremos en casa el día de las elecciones del 2024.
Nunca le daré mi voto a un remedo de candidato.
Hasta mañana.