Por J. Humberto Cossío R.
XÓCHITL GÁLVEZ ES LA NOVIA DE MEXICO.
Queremos casarnos electoralmente con esta mujer que el Presidente de México desprecia y le cerró las puertas de Palacio Nacional.
El peor castigo para Andrés Manuel, que millones de mexicanos le abrimos los portones de nuestros hogares y la esperamos como candidata de la alianza opositora.
Claudia no levanta polvo y Xóchitl es tormenta que nos empapa y refresca.
Quise conocerla personalmente y me acerqué al salón 53 en punto de las diez de la mañana. Fui uno de esos sinaloenses que apretó la mano de la Senadora y le manifesté mi apoyo y admiración.
Esa sonrisa fue el mejor premio que tuve el domingo.
Nadie nos presentó y algún día puede que me identifique plenamente.
Espero que sea en la campaña para presidenta de México.
Excelente asistencia y empatía total con los asistentes.
Eso genera Xóchitl y luce como maravillosa candidata.
Estuve por un lado de Mario Zamora Gastelum con la esperanza que me invitara a conocerla de manera directa y personal.
No se dieron las cosas y tampoco asistí al PRI.
No quise revolverme con gentuza de la talla del Delegado Nacional del tricolor que llegó gracias a la influencia del Senador.
Eso significa para mi Álvaro Ruelas.
Aclarando amanece, Mario si me invitó al acto priista preparado para Xóchitl.}, pero no mencionó que haría la presentación oficial entre nosotros.
A José Antonio Meade me lo presentó en el aeropuerto de esta ciudad de Culiacán cuando llegó como candidato a la presidencia.
Fue muy diferente con la Senadora y me quedé con las ganas.
“Lapsus mentalis” del Senador y susceptibilidad herida de mi parte.
Son pequeñeces que no empañan amistades.
Pero duele y lo escribo.
Vuelvo con Xóchitl, desde ya, la adopté como la reina que esperaba con ansias para salir de mi sarcófago y limpiar mi vestimenta de la tierra que agarramos cuando nos entierran seis pies abajo.
Recuperé la energía y las ansias de vivir me llegaron al verla.
Ya tengo un propósito para sacudir el esqueleto y gozar de cosas tan mundanas y apasionantes como una elección presidencial.
Compraré unas botas de tacón vaquero y me daré vuelo aplastando corcholatas hasta dejarlas inservibles.
Soy uno de los que abrieron la puerta del hogar a esta valerosa y emprendedora mujer que se ha convertido en la pesadilla de Palacio Nacional.
Mano a mano, no hay quién le gane a Xóchitl.
Es la novia de México y nos casaremos con ella.
Existe un temor fundado.
Que la manden matar y nos quiten la ilusión.
Me canso, ganso, es una frase muy conocida por los mexicanos que seguimos las infamias que se cocinan desde las mañaneras.
El poder es muy cabrón y el que lo dude, es más.
Hasta mañana.