Por el ingeniero Arcadio Madera Sarmiento
El sábado 19 de agosto de 2023, a las 6 p. m., se realizó un homenaje a una leyenda viviente de nombre Fernando Enciso Saracho, por parte del Centro Cultural ‘Carlos Ambriz’, en la colonia Villa Galaxia de Mazatlán.
En el evento se dieron cita amigos, familiares, admiradores de todas las edades, para escuchar al maestro platicar sobre su trabajo realizado como profesor y como defensor del medio ambiente, especialmente de la tortuga Marina.
Estuvieron presentes los titulares del Centro Cultural, Alfredo Franco Hurtado y Gaspar Velarde Núñez. Fungió como moderadora, la maestra María Félix Raygoza, presentes, entre otros, la encargada del Colegio Valladolid, Maru Enciso. También Pedro Rodríguez y la maestra Julia Viera.
El maestro Fernando Enciso Saracho, mejor conocido como “El Mano”, es un hombre, poseedor de un gran sentido humano, un buen hijo (lo demostró con la atención a su mamá, recientemente fallecida), buen hermano, buen padre, buen amigo… Un hombre íntegro.
Él es originario de Guasave, así que cualquier chiste de este lugar y que esté presente él, cuidado.
En la exposición de su trayectoria, Fernando contó su vida desde que era un niño, su gran pasión por el fútbol, soñó con ser jugador del América, en sus andares; habló sobre los procesos de su formación, desde primaria, secundaria, preparatoria hasta profesional, etapa de estudio esta última que hizo en la UNAM.
También nos contó que fue vendedor de chicles, bolero, radio técnico, en Mazatlán y trabajó en la Majestic, entre otras cosas de la vida.
Después de su andar por la capital de la República, se da cuenta de que su fuerte era la biología. Se viene a Mazatlán, después de pasar dificultades en la capital, e ingresa a la Escuela Ciencias del Mar de la Universidad Autónoma de Sinaloa, donde se graduó y luego empezó a trabajar como maestro de la misma escuela, hoy Facultad, donde prestó sus servicios por 37 años.
Lo importante de Fernando es lo que se propuso como biólogo. Tomó como bandera de lucha, contra viento y marea, la protección de la tortuga marina, cuya defensa se convertiría en su tatuaje, en alma, corazón y vida. Él, para donde voltee ve tortugas, llenó su casa de estas figuras. Por eso decir Fernando es decir tortuga o quelonio.
La protección de la tortuga marina, que se encontraba en peligro de desaparecer de los mares, se convirtió en un problema muy delicado, porque luchó contra muchos intereses, contra el caciquismo.
Formó proyectos de investigación junto con otros compañeros, que se hacían realidad en campamentos tortugueros.
Formó una brigada para realizar el servicio social escolar en Ceuta, la Brigada Ceuta. Comenta que en este lugar se dieron cuenta cómo la gente le sacaba los huevos a las tortugas con cuchillos y así las dejaban morir, un acto verdaderamente criminal.
Fue el primer campamento que se formó para la conservación de la tortuga Marina.
Dieron información en los diferentes niveles de educación en las escuelas, con la finalidad de concientizar a la gente.
Entre otras cosas se formó un patronato, en la Cruz de Elota, para lo cual el Club Rotario los ayudó.
Se hicieron varios proyectos con todo y presupuesto, pero estos nunca llegaron, por ahí se atoraron.
“Fuimos amenazados, detenidos, acusados de un delito que no cometimos. Antes habías estado en peligro. Nos tiraron balazos, afortunadamente no nos pegaron, los disparos fueron por un sujeto de nombre Joaquín Escobar”, denuncia.
Contó también que en la Escuela Ciencias del Mar armó un museo a la tortuga y se lo destruyeron, personas simpatizantes del Partido Sinaloense. Un acto no propio de un centro educativo. El hecho le recuerda cuando en la preparatoria Rosales 1975-1977, dos jóvenes pintores, Juan Covarrubias Ramírez y Sergio López Ramos, se dieron la tarea de hacer un mural y que con el tiempo, así nomás como así, lo borraron, sin dejar al menos una foto de esa obra. El mural estaba al entrar a la dirección de la prepa.
Hasta aquí de manera abreviada la historia de vida de este gran maestro, Fernando Enciso Saracho, miembro del Consejo Ecológico de Mazatlán, además es responsable del programa sabatino, Naturaleza y Sociedad, que se transmite por Radio cultura 90.5 FM.
¡Muchas felicidades, Mano! ¡Eres una leyenda viviente!